Un pasaje oculto, pero a plena vista.
Ausencia, que es presencia.
Unión, que es separación.
Discreción, que asegura la defensa.

 

Hay quienes solo ven un muro en una pared. Y quienes, en cambio, ven una puerta en una pared. Se llama Borromeo.

Estrella de la entrada, impenetrable a la vista y al tacto. La síntesis perfecta entre diseño y seguridad.

Sus líneas sencillas y delicadas se sumergen en la pared. La continúan, la acompañan. El marco a ras de pared se fusiona con el perímetro de la estancia, lo completa. Lo integra en sí mismo, se deja envolver.

Sólida y fiable. Fabricada con tecnología Folding: el espesor del panel interior maximiza el nivel de seguridad. Las bisagras se ocultan a la vista y evitan que puedan descolgar la puerta.

Acogedora y cómoda. La transmitancia térmica inferior a 1 evita que el calor se escape, lo sella en la habitación. Lo conserva y lo protege.

Discreta y leal. Inexpugnable, incluso al oído. Un aislamiento acústico garantizado - básico - de 40 decibelios, evita cualquier indiscreción. Retiene los sonidos, las palabras. Vela y desdibuja sus contornos, oculta sus significados. Al mismo tiempo, rechaza cualquier perturbación exterior. Cualquier interferencia.

Colma, llena. Dominando los contornos. Un panel exterior de 27 mm llena el espesor del marco y lo completa, incluso desde el exterior. El cilindro protegido permanece oculto en su interior.

Seguridad pero no clausura, sino amplitud: libertad. Sin obstáculos prácticos o estéticos. La mirada abarca y se desliza, libre de obstáculos, por todas las paredes. Sacia su sed de espacio, se adapta en él. Borromeo es casa: lisa. Sin salientes. Un pasaje oculto, pero a plena vista. Ausencia, que es presencia. Unión, que es separación.

Discreción, que asegura la defensa.